La amabilidad tiene la capacidad de modificar el cerebro. Sí, tal cual lo lees, y ello se debe a que ser cordiales y empáticos con quien nos rodea nos hace sentir bien; y cuando nos sentimos bien se pone en marcha la producción de serotonina, una hormona que condiciona la actividad cerebral, haciendo que nos sintamos felices. De ello se deduce que tratar a los demás con amabilidad, comprensión y empatía produce beneficios en nuestro bienestar físico: mantiene sano el corazón, dilata las arterias y reduce la presión sanguínea, y también emocional, porque es un antídoto perfecto contra la depresión.