El lipedema es una enfermedad crónica infradiagnosticada, en la mayoría de los casos, y afecta al 20% de las mujeres en todo el mundo. En este sentido, es importante abordar este problema desde todos los ángulos necesarios para ralentizar su avance, y un punto importante es la alimentación. Un estilo de vida sano y evitar el consumo de ciertos alimentos puede ayudar a combatirlo, nos explica Leyre López Iranzu, responsable de nutrición de la clínica FEMM.
En lo que se refiere a la dieta, hay que tener en cuenta que los alimentos ultra procesados aceleran el avance del lipedema. Aunque todas las pacientes presentan necesidades específicas y cada caso es particular, existen alimentos no recomendables, como son los ultra procesados con azúcares libres, aditivos y grasas poco saludables. Ni que decir tiene que la alimentación es lo primero que se debe cuidar si se desea mantener un estilo de vida sano, que beneficie al organismo y le aporte los nutrientes que necesita. Pues bien, en el caso de las personas con lipedema, una alimentación insalubre puede suponer la diferencia entre su ralentización y un avance más rápido hacia el siguiente estadio. El objetivo es llevar a cabo un plan de nutrición específico para cada paciente para aliviar los síntomas del lipedema, mejorar el estado de la piel y el edema, y mitigar el dolor. También es determinante reducir la inflamación de las extremidades y evitar la aparición de comorbilidades.
Lee el artículo completo en la edición de mayo de NUEVA ESTÉTICA.
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