PIEL CON HISTORIA

Los expertos han estudiado a fondo el funcionamiento de la célula y han advertido que ésta contienen en su núcleo lo que podríamos llamar su cerebro, en el que se almacena todo su patrimonio genético: los cromosomas de la células. Una auténtica enciclopedia cuyos caracteres, agrupados en frases, forman fragmentos de ADN: los genes. Todas las células del organismo siguen las orientaciones de este esquema. El núcleo dirige las actividades y establece el plan de trabajo de cada célula: indica qué debe producir, cuándo y cómo. Concretamente, las células de la piel fabrican proteínas: queratina, elastina, colágeno, etc. Conocido normalmente por sus iniciales, el ADN es el centro del universo celular. La mínima lesión no reparada origina errores en cascada durante la renovación celular. Precisamente, la suma de estas alteraciones a lo largo del tiempo es la principal causa del envejecimiento de la piel. Así es, los primeros signos de la edad serían la expresión de una modificación del ADN y, por lo tanto, los primeros errores cometidos por las células durante su división.Para que todo funcione como es debido, la célula debe producir gran cantidad de energía para trabajar. En sus mitocondrias, queman y transforman impresionantes cantidades de glucosa. Y es en estas microcentrales eléctricas ultrasofisticadas donde se produce el carburante celular, la única forma de energía directamente utilizable por la célula: el ATP (Adenosistrifosfato). Pero, pasados los 40 años, el potencial energético de la células desciende de forma vertiginosa, un deterioro que se ha ido gestando a partir los 25, pues a esta edad la piel muestra ya claros signos de falta de energía y reacciona peor ante la falta de sueño o el estrés. La energía necesaria para enfrentarse a las agresiones y al cansancio resulta deficitaria y su vitalidad disminuye. Como consecuencia, el rostro parece cansado con mayor frecuencia, y ya no se recupera como antes. Llegados a este punto, podríamos decir que la piel comienza a perder parte de su juventud.

Hay arrugas y arrugas

Aunque todas nos preocupan, no todas son iguales. Suelen distinguirse según su origen, proceso de formación y profundidad. Además, unas son consecuencia de la edad y otras de nuestros gestos más emotivos… sea cuál sea el motivo, es mejor mantenerlas a raya.

Si estudiamos detenidamente cada una de ellas, veremos que no todas se establecen de igual manera, ni tienen la misma forma, ni profundidad. Al principio, por lo general, aparecen en la superficie de la epidermis y, posteriormente, debido a un lento pero constante proceso degenerativo de los tejidos de las capas más profundas, se instalan definitivamente. En cualquier caso, el proceso de formación de las arrugas parte de una serie de modificaciones o alteraciones bioquímicas, funcionales y anatómicas que se manifiestan en los distintos estratos de la piel. Al disminuir la actividad celular, la actividad de los tejidos se ralentiza y la epidermis se vuelve progresivamente más fina y frágil, dando lugar a la aparición de arrugas. En una piel joven, el entramado de surcos y ramificaciones que recorre la superficie cutánea es fino y regular. Las líneas son pequeñas y están entrecruzadas en todas las direcciones. Pero, poco a poco la relajación del tejido se va haciendo más evidente y las fibras de colágeno y elastina se degradan considerablemente. A esto hay que añadir la acción de agentes externos como el sol o el frío, que modifican su estructura, volviéndolas cada vez más profundas y unidireccionales, y por lo tanto, más visibles.

Conocerlas para vencerlas… cuál es cuál

Las arrugas superficiales a  50 m de profundidad Se originan como resultado de las modificaciones de la epidermis y de la unión dermo-epidérmica. Como sabemos, es en esta última zona donde la epidermis se aprovisiona y donde la dermis se adhiere a la epidermis mediante las fibrillas de colágeno VII producidas por las células dérmicas. Ahora bien, con el paso del tiempo, esta fabricación disminuye, el nivel de hidratación y nutrición de la epidermis decrece, y la dermis se va separando de la epidermis. Son precisamente estos fenómenos los que favorecen la posterior aparición de las líneas de expresión.

Las arrugas profundas entre 100 y 500 m de profundidad. La causa de su origen se debe a la transformación de la dermis. Con el tiempo, la actividad de las células dérmicas decrece y, en especial, fabrican menos vitamina C tan necesaria para la formación de colágeno, y como consecuencia produce menos fibras. La dermis pierde densidad y elasticidad, se relaja y aparece la flacidez cutánea y arrugas profundas sobre la piel.

Las arrugas de expresión a más de 500 m de profundidad. En un primer momento se hacen visibles solamente con los gestos y expresiones; pero poco a poco, con las repetidas contracciones de los músculos de la piel se van asentando cada vez más. Los músculos, adheridos a la dermis mediante la unión dermo-muscular, están sometidos a un continuo movimiento que hace que esta estructura intradérmica se altere progresivamente, provocando que con el tiempo ésta se vuelva rígida y se pliegue. Finalmente estos pliegues, de más de 500 m de profundidad, se transforman exteriormente en las llamadas arrugas de expresión.

¿Cómo? Así de fácil…

• Combatiendo las arrugas y remodelando el óvalo facial
• Manteniendo el equilibrio hídrico.
• Filtrando la radiación UV.
• Neutralizando los radicales libres, frenando el proceso del envejecimiento.
• Fortaleciendo los tejidos de sostén, mejorando la extensibilidad de la piel.
• Activando la microcirculación
• Aportando nutrientes a la piel.
• Favoreciendo el drenaje, evitando la retención de grasa, líquido y toxinas.
• Aumentando la energía de las células para que produzcan suficiente colágeno por sí solas.
• Impidiendo el proceso de glicolisación.

RADIOFRECUENCIA

Radiación electromagnética situada entre las ondas corta y media de alta frecuencia. Los equipos de radiofrecuencia emiten esta energía a través de cabezales que se deslizan sobre la superficie cutánea. Al entrar en contacto con la piel, la radiación electromagnética se transforma en calor. Este aumento de temperatura se localiza en el tejido graso subcutáneo, debido a que la capacidad de absorber el calor es 10 veces más elevada por parte de la grasa que por la piel. Esta reacción se ve estimulada por el efecto físico-químico conocido como diatermia o termoterapia profunda: al aplicarse la energía electromagnética sobre el tejido se produce un rozamiento constante en las moléculas que también provoca un aumento en torno a 4ºC por encima de la temperatura basal. Esta respuesta térmica explica que la superficie de la piel no se resienta por la elevada temperatura, pero sobre todo es la responsable de provocar un fenómeno de desnaturalización de la estructura molecular de triple hélice propia del colágeno, acortando y contrayendo sus fibras, de manera que se promueve un tensado de la piel desde el interior.

El tipo de emisión bipolar en el que la radiofrecuencia se emite a través de dos electrodos por los que circula la energía electromagnética es el más adecuado para tratamientos faciales. Ello se a que concentra su acción en la dermis donde actúa directamente sobre las fibras colágenas, haciendo que se contraigan y aumenten provocando el estiramiento de la piel y una remodelación del óvalo de efecto lifting. La radiofrecuencia provoca una mejora inmediata de la flexibiidad y densidad de la piel, y al mismo tiempo asocia un efecto a largo plazo, porque impulsa la producción de nuevas fibras colágenas.

MESOTERAPIA VIRTUAL

Tecnología que posibilita el transporte transdérmico de activos cosméticos hasta los estratos cutáneos profundos. La idea es vencer la resistencia natural del tejido a través de impulsos electromagnéticos que se emiten a gran velocidad (5.000 impulsos en 3 segundos),  a través de cabezales de diferente tamaño. Estos cabezales son la pieza del quipo que entra en contacto con la piel. Estas ondas electromagnéticas provocan dos efectos físicos; por un lado, los impulsos eléctricos actúan sobre células y tejidos provocando modificaciones en los lípidos del estrato córneo y aparición la creación de microporos, por donde se cuelan los activos. El segundo fenómeno físico se denomina electroforesis, y supone poder transportar a través de la piel sustancias ionizadas, empleando una corriente eléctrica de polaridad opuesta a la de la sustancia aplicada. Gracias a ello, la piel se vuelve más permeable y los activos cosméticos la traspasan para alcanzar los estratos más profundos y multiplicar así su eficacia.

IPL- LÁSER 

Tanto el láser como la luz pulsada intensa (IPL) son emisiones de luz que se hallan dentro del espectro electromagnético visible, aunque presentan ciertas características propias que establecen diferencias respecto al modo de emisión. Así, el láser es una luz coherente y monocromática, lo que significa que todas sus ondas lumínicas poseen el mismo tamaño y color, lo que explica que pueda emitir a largas distancias en una única longitud de onda y de manera muy precisa. Por su parte, la luz pulsada se emite de manera no coherente, sus ondas poseen diferentes tamaños, razón por la cual se propaga en diferentes colores, en un amplio rango de longitudes de onda. Esto hace que el láser sea una fototecnología más precisa, mientras el IPL es más versátil. El efecto terapéutico derivado de ambas fototerapias está sujeto a dos parámetros: por un lado, la longitud de onda de emisión, que determina la profundidad de penetración de la luz, la fluencia y la duración del pulso, y que se mide en nanómetros (1metro = 109 nm.) y el cromóforo, que es la estructura molecuar sobre la que impacta la luz, desencadenando toda una serie de beneficios estéticos. En los tratamientos antiedad, el cromóforo sobre el que hace diana la energía lumínica es el agua. A medida que aumenta la densidad de potencia de la fuente emisora, irá aumentando el calor en el cromóforo, lo que producirá la vaporización, coagulación y desnaturalización de proteínas. La posibilidad de entregar la energía en modo continuo o a través de pulsos permite graduar el efecto térmico.

LUZ LED

El término LED es un acrónimo de la expresión inglesa light emiting diode (diodo de emisión de luz). Los diodos se caracterizan por emitir la luz en una banda muy estrecha, lo que hace que la energía se haga visible en forma de haces lumínicos de colores diferentes y muy definidos. Esta particularidad explica que las lámparas de estos equipos se hallen agrupadas en paneles, de donde se deduce otra ventaja de la luz LED y es que permite tratar amplias superficies de tejido cutáneo. Pero sin duda el valor más destacable de esta luz monocromática es su capacidad para alcanzar el interior del tejido biológico cutáneo y ajustar sus mecanismos fisiológicos; así consigue desde promover el aumento de la síntesis de ATP, principal molécula energética de la piel, hasta reactivar el conjunto de reacciones metabólicas celulares. La energía transmitida por la luz es absorbida por la célula, lo que le permite normalizar los procesos internos, responsables de la salud y juventud.

Luz Roja Se trata de la emisión con mayor capacidad de penetración en los tejidos. Desencadena una importante actividad sobre la microcirculación. Posee un elevado poder antiinflamatorio y regenerativo sobre los tejidos. Muy eficaz en el tratamiento de los principales signos del envejecimiento cutáneo. como arrugas, manchas y flacidez.