La responsable de la Unidad de Nutrición y Dietética de Cínica Opción Médica empieza por apuntar que los alimentos más saludables son los que no tienen etiqueta, porque no se han sometido a ningún tipo de manipulado; es el caso por ejemplo de frutas y verduras. Cuando un producto incluye varios ingredientes tiene que haber pasado necesariamente por un poseso de manipulado industrial, y en ese caso la ley obliga a etiquetarlo. Eso no quiere decir que no se tengan que consumir alimentos manipulados, ni mucho menos. Algunos, como cereales y lácteos, son igual de importantes en una dieta equilibrada. El único secreto es saber interpretar el etiquetado para decantarnos por la mejor opción, si queremos comer sano y sobre todo si queremos perder peso.
Lo primero que señala Gemma Miranda es que en la etiqueta lo más importante aparece al final, justo donde se indica el listado de ingredientes, ya que éste es el dato que informa del valor nutricional. Y entre todos los componentes el más determinante es el que aparece primero, porque es el que se incluye en mayor cantidad. Por ejemplo, si en la etiqueta de un jamón cocido el primer componente es la harina, mejor buscar otra marca en la que el jamón sea el primer ingrediente del producto.
Otro caso curioso que da la razón a esta nutricionista ¿qué es mejor el pan integral o el blanco? Paradójicamente el integral aporta más calorías, pero en cambio contiene más fibra, y por lo tanto, se digiere mejor y no se convierte en grasa. Queda claro pues: no son las calorías lo que indica el valor nutricional, son los ingredientes.