Los inductores de colágeno están muy cerca de proclamarse “inyectables de uso obligado”, cuando se trata de revertir el descolgamiento cutáneo, aportar firmeza a la piel y definir los rasgos.
Estos materiales, reabsorbibles y biocompatibles, activan los mecanismos de producción de fibras elásticas, lo que despliega beneficios en dos tiempos: inmediatos y a medio-largo plazo.
La evidencia clínica demuestra que reposicionan las estructuras anatómicas desplazadas, mejoran la densidad y turgencia de la piel y retrasan la degradación del propio colágeno, lo que les otorga un valor preventivo muy interesante. A diferencia de otros fillers, como el ácido hialurónico, lo inductores de colágeno desatan estos beneficios, sin asociar efecto de voluminización.
En la sección dedicada a la medicina estética, dentro de la edición enero-febrero de NUEVA ESTÉTICA, incluimos un reportaje en el que nos hacemos eco del boom que están viviendo los inductores de colágeno en las consultas médicas. En concreto hablamos de la hidroxiapatita cálcica, el ácido poliláctico y la policaprolactona.
Para complementar esta información, recopilamos los dispositivos más versátiles y eficaces en la aplicación de esta tecnología todo en uno.
Lee el reportaje INDUCTORES DE COLÁGENO los nuevos inyectables MUST-HAVE en la edición de enero-febrero de NUEVA ESTÉTICA.
Si no estás suscrito, hazlo AQUÍ
