Tras varias semanas usando mascarilla de manera habitual, es probable que estemos empezando a notar algunos efectos negativos en la piel ya que su uso genera falta de ventilación y aumento de la humedad en la zona. Esta oclusión, mantenida en el tiempo, puede generar irritación, sensibilidad, así como acelerar la aparición de otros problemas. Además, el roce del material de la mascarilla unido al sudor y a la oclusión, especialmente ahora que están empezando a subir las temperaturas, pueden alterar el equilibrio natural de nuestra piel, básico para su correcto funcionamiento. Estas son las alteraciones más comunes y la manera de evitarlas:
El equilibrio natural de nuestra piel, en peligro
Así pues, ¿qué podemos hacer para evitar estos problemas asociados al uso de la tan necesaria mascarilla? ¿Cuáles son los principales problemas a los que se puede enfrentar la piel? Al llevar la mascarilla ajustada durante muchas horas se crea un ambiente no adecuado para la piel que puede desarrollar la aparición de: irritación, enrojecimiento y sensibilidad; Ssequedad y deshidratación; descamación, brotes de acné o de rosácea; dermatitis y eczemas.
Establece una rutina de limpieza diaria
El cuidado diario de la piel, ahora más que nunca, debe ser extremo, siendo la limpieza diaria uno de los pasos más importantes, especialmente tras retirar la mascarilla después de un uso intensivo. Realizar una correcta higiene dos veces al día reducirá el riesgo de desarrollar impurezas y granitos. Para ello, es importante escoger un producto de limpieza suave, que limpie sin irritar. Además, el proceso de limpieza debe ser delicado, utilizando agua tibia y secando a pequeños toques, sin arrastrar la toalla, que se deberá cambiar a diario para evitar la proliferación de bacterias. Finalmente, tras la limpieza, es recomendable aplicar bruma facial que ayudará a calmar e hidratar la piel.
Hidrata continuamente la piel
Asegúrate de hidratar correctamente tu piel dos veces al día: Por la mañana, tras la limpieza, intenta que sea media hora antes de cubrir el rostro con la mascarilla, para dar suficiente margen al producto a ser absorbido por la piel. Por la noche, escoge fórmulas reparadoras intensivas que favorezcan la reparación de la piel durante el descanso nocturno.
Utiliza maquillajes ligeros
Mientras el uso de mascarilla a diario sea necesario, es importante utilizar maquillajes ligeros que no asfixien la piel. Una buena opción puede ser utilizar una BB Cream que aporte un toque ligero de color, pero sin enmascarar.
Realizar una exfoliación una vez a la semana
Exfoliar la piel una vez a la semana se transforma en un básico del cuidado de la piel, sobre todo en esos casos en los que el problema asociado a la mascarilla sea la aparición de granitos e imperfecciones. Mantener la piel limpia y libre de células muertas es la clave para mantener a raya las molestas imperfecciones.