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DIETA Y EMOCIONES

¿Y si te decimos que el secreto de la felicidad está, en parte, en la dieta que se lleva a cabo? Está científicamente demostrado, los alimentos tienen la cualidad de incidir sobre las emociones. Por ejemplo, una dieta rica en triptófano y en antioxidantes puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y la cognición. Salena Sainz, Farmacéutica, dietista nutricionista, especialista en nutrición clínica y fundadora de Naturae Nutrición, nos da las claves. 

 

En la última década hemos centrado la alimentación como una herramienta para perder peso. Las pautas hipocalóricas están a la orden del día. Pero no todo se reduce a la pérdida de peso, la dieta juega un papel crucial es nuestra salud y en cómo nos sentimos. La alimentación puede ser la causante de muchas alteraciones. Por ejemplo, quién no ha sentido alguna vez pesadez e inflamación o una sensación de cansancio sin razón aparente, incluso antes de haberse levantado de la cama. El estrés, nuestra forma de vivir tan ajetreada está afectando a la mente y el cuerpo. La ansiedad es la representante más activa y se encuentra, desafortunadamente, cada vez, más presente. ¿Y si tuviésemos en nuestra mano la capacidad lidiar contra el estrés a través de la dieta? ¿Y si, además, lo hiciésemos disfrutando de la comida, de nuestro entorno y de lo más importante, asegurando nuestro bienestar personal? Así es, los alimentos pueden modificar nuestras emociones. ¿Cómo es posible? Con una correcta selección de nutrientes que serán capaces de ayudarnos para gestionar la ansiedad.

 

Serotonina, 

la hormona que aporta bienestar

 

El neurotransmisor serotonina (5-HT), sintetizado en el cerebro, juega un papel importante en el alivio del estado de ánimo, la saciedad y la regulación del sueño. Aunque ciertas frutas y verduras son ricas en 5-HT, no es fácilmente accesible para el SNC debido a la barrera hematoencefálica. Sin embargo, el precursor de la serotonina, el triptófano, puede atravesar fácilmente la barrera hematoencefálica. El triptófano se convierte en 5-HT por el triptófano hidroxilasa y la 5-HTP descarboxilasa, respectivamente, en presencia de fosfato de piridoxal, derivado de la vitamina B. Por lo tanto, las dietas pobres en triptófano pueden inducir depresión, ya que este aminoácido esencial no abunda de forma natural, ni siquiera en los alimentos ricos en proteínas.

 

No solo una dieta rica en triptófano, sino también una dieta rica en antioxidantes puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y la cognición. Por otro lado, los niveles más bajos de vitamina B12 se correlacionaron con un mayor riesgo de ansiedad severa o síntomas depresivos. Se observaron correlaciones entre la gravedad de algunos síntomas de ansiedad o depresión y los niveles de vitamina B12 y folato.

 

Por su parte, la microbiota está involucrada en los procesos tanto de carácter inmunológico, antiinflamatorios como depresivos. Por ello, su estado correcto y saludable tiene influencia sobre el estrés y ansiedad. Actualmente patologías como el colon irritable y el SIBO están directamente relacionadas con la depresión, estrés y ansiedad.

 

Lee el artículo completo en la edición de septiembre de NUEVA ESTÉTICA.

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