Acabar de una vez por todas con la celulitis, la flacidez, la retención de líquidos y las estrías. cumplir este reto es posible si se acompañan los tratamientos de belleza con esta dieta “cuerpo 10”. el objetivo: ganarle la batalla a la báscula, al espejo y a la cinta métrica.
Retención de líquidos El agua es el elemento más abundante del organismo y alcanza el 72% del peso corporal de un adulto. La retención de líquidos es uno de los factores ocultos del aumento de peso, que se evidencia tanto en la balanza como en el espejo. Este inestetismo se manifiesta en el cuerpo a modo de hinchazón, afectando sobre todo a los tejidos blandos. Puede deberse tanto al estilo de vida, como el sedentarismo, fluctuaciones hormonales (embarazo, menopausia, síndrome premenstrual), desequilibrio en la ingesta de líquidos u otras enfermedades.
El agua en el cuerpo se distribuye del siguiente modo:
- Intracelular Se encuentra dentro de las células
- Intravascular Se localiza dentro de los vasos sanguíneos.
- Intersticial Se instala entre ambos, es decir, en los tejidos alrededor de las células.
En el organismo, estos compartimentos están separados por una membranas semipermeables, que permiten el paso de líquidos y ciertos componentes de los mismos. La retención de líquidos se produce cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimiento a otro. Si el paso de agua es abundante, del espacio intravascular al intersticial, aparece la denominada retención de líquidos. Durante el embarazo, el 50& de las mujeres tiende a retener más líquidos de los que necesita el organismo. Este desarreglo es culpa de los drásticos cambios hormonales que se desarrollan durante el periodo de gestación y que suele evidenciarse en como una ligera hinchazón en tobillos y pies, o en casos más extremos, en rostro y manos.
Olvidarse del salero Para evitar la retención de líquidos hay que seguir una dieta en sodio, por tanto la primera medida a adoptar es reducir la sal en las comidas, sustituyéndola por hierbas aromáticas, vinagre, limón, ajo o cebolla. Pero no todo el sodio se ingiere a través de la sal de mesa, todos los alimentos la contienen en mayor o menor proporción, por eso es necesario también evitar los de índice más elevado como: embutidos, conservas, quesos ahumados, biscotes, pastillas de caldo, sopas y pures comerciales, aguas minerales con gas, alcohol, etc. Lo mejor es seguir una dieta rica en verduras, hortalizas, fruta, legumbres e hidratos de carbono complejos (pasta, arroz) y alimentos ricos en potasio en general. Entre las verduras y hortalizas más recomendadas se encuentran las patatas, calabaza, tomate, calabacín, berenjena, espárragos, setas y alcachofas. Y entre las frutas, el plátano, por su alto contenido en potasio. También es importante beber agua, aproximadamente dos litros al día, y preferiblemente fuera de las comidas.
Potasio vs sodio El potasio es un mineral que, junto con el sodio y cloruro, mantienen el equilibrio hídrico del organismo. Estos tres componentes, llamados electrolitos, son necesarios para controlar la presión de la sangre, para mantener el ritmo cardiaco, y transportar los nutrientes a las células, evitando que los líquidos sobrantes queden retenidos en el organismo. Un exceso de sodio en la dieta, además de facilitar la aparición de una serie de enfermedades como la hipertensión, rompe el equilibrio hídrico y favorece la retención de líquidos en el organismo. Se ha comprobado que la ingesta de alimentos ricos en potasio ayuda a contrarrestar los niveles de sodio y restaura el equilibrio. Según los especialistas, la proporción ideal sería de 5.1; es decir 5 veces más potasio que sodio. Contradictoriamente en la práctica el consumo de sal suele ser el doble que el de potasio. Las frutas y las verduras son ricas en potasio, por ello se aconseja una ingestión de unos 400 gr., de estos alientos como mínimo, lo que equivaldría a unas 5 raciones diarias.
Cifras alarmantes… En nuestro país, el consumo diario de sal por persona se sitúa entre 10 y 12 gr., cuando la Organización nacional e la Salud (OMS) recomienda que no se superen los 6 gr. El pan es, precisamente, el alimento que más sodio aporta a la dieta de los españoles, en un porcentaje cercano al 20%.
Cifras a tener en cuenta…
(mg. de sal / 100 gr. de alimento)
Tomate 20
Ternera 80
Pollo 140
Yogur 160
Merluza 220
Pizza precocinada 850
Lagostinos 910
Pan blanco 1.100
Canelones precocinados 1.200
Geso gruyer 1.500
Jamón dulce 2.300
Jamón serrano 2.700
Queso manchego 3.000
Sopa de sobre 3.200
Cosas de mujer… real como la vida misma, la retención de líquidos afecta mucho más a ellas que ellos, y todo por una cuestión hormonal, ya que los estrógenos tienen mucho que ver con este trastorno. En la menopausia debido a la carencia de estrógenos, este problema se evidencia todavía más. A esto hay que sumar que pasados los 60, existe mayor predisposición al sedentarismo, que la permeabilidad capilar es mayor que a los 25 años, lo cual aumenta la probabilidad de formación de edemas.
Remedios naturales
de acción lipolítica
- Diente de león Es una de las plantas que tiene más poder para eliminar agua sobrante del organismo. Se recomienda tomar una taza de esta infusión antes de cada comida o ingerirla a modo de ensalada de hojas frescas.
- Cerezo Tiene una importante acción diurética.
- Fumaria Se recomienda en casos de hinchazón en tobillos y abdomen En infusión, tomar dos tazas al día.
- Archicoria Combate la insuficiencia hepática, responsable muchas veces de la retención de líquidos en el estómago. Se aconsejan un par de tazas al día.
- Perejil Tomar 3 cucharas de jugo de perejil al día ayuda a eliminar líquidos.
- Saúco Su valor diurético se esconde en su corteza. Para aprovecharse de sus propiedades, hervir unos fragmentos de corteza en litro y medio de agua hasta que ésta quede reducida a 1/3 partes. Tomarla a lo largo del día.
- Espino albar o majuelo también destaca por su poder diurético.
Estrías
La mala calidad y carencia de elastina en la piel puede provocar su aparición
Las estrías son uno de los problemas estéticos más difíciles de solucionar, ya que su formación se produce por la rotura de la trama de tejido conjuntivo, responsable de la elasticidad y protección cutánea. Paradójicamente, suelen manifestarse en pieles jóvenes, y aunque no siempre es así, acostumbran a ser patrimonio femenino. En un principio existía la idea de que los cambios de volumen, engordar-adelgazar, eran los responsables de la aparición de las estrías. Sin lugar a dudas, este factor también tiene su importancia, pero todo hace pensar que sólo influyen en la dirección y tamaño de las estrías, no en su formación. Hoy se sabe que su origen se debe a una hiperproducción de dos hormonas: las cortico-suprarrenales y los estrógenos. Por norma general, la piel con tendencia a estriarse carece de flexibilidad y presenta problemas de vascularización, lo que genera que sus fibras de colágeno y elásticas estén sometidas a un constante estiramiento. Las estrías se revelan como verdaderas cicatrices que se producen cuando la tensión del tejido lesiona al conectivo dérmico. Como consecuencia las mallas que lo forman se desgarran provocando una rotura de las fibras dérmicas. Para reparar esta lesión degenerativa el organismo no utiliza el mismo material elástico y fisiológico original. En su lugar, emplea un tejido conectivo cicatricial casi desprovisto de vascularización que es el responsable del color blanquecino propio del estriado. En cuanto a su aspecto, dimensión y distribución, habitualmente se localizan en la parte alta de los muslos, caderas, vientre y senos. Y aunque son menos frecuentes, también pueden surgir en la región lumbar, brazos, tobillos, espalda, tórax o rodillas. Según el periodo de formación su color varía, por ejemplo, las estrías rojizas son las más recientes y las blanco-anacaradas las más antiguas. Éstas pueden ser lineales o fusiformes, a menudo curvilíneas, casi siempre múltiples y generalmente asimétricas. Su tamaño medio es de 1 a 2 cm de longitud y 0,5 cm. de ancho por 0,1 de profundidad, aunque en los casos más extremos, pueden alcanzar los 15 cm.
Alimentos implicados Los especialistas afirman que la ausencia de elasticidad de la piel puede estar provocada por la falta de vitaminas E, C, ácido santónico o vitamina B5 y de minerales como el cinc, cobre y silicio. Por tanto, sobre todo en los periodos de más riesgo, hay que poner especial atención en que la dieta contenga estos nutrientes. Destacar que entre los mismos, son especialmente importantes la vitamina C y el cobre, ya que ambos estimulan la producción de colágeno nuevo y mejoran el colágeno ya formado. Veamos con más detenimiento qué función tiene cada una de estas sustancias sobre la piel.
Vitamina E Mantiene la elasticidad.
Vitamina C Mejora la calidad del colágeno existente y estimula la formación de colágeno nuevo.
Vitamina B5 (ácido pantoténico) Ayuda a la cicatrización y contribuye a mantener la piel en buen estado.
Cinc Acelera el proceso de cicatrización.
Silicio Regenera las fibras de colágeno y elastina del tejido, evitando la formación de estrías. Mejora la flacidez de la piel y la protege de los radicales libres.
Cobre Es esencial para que el cuerpo utilice correctamente la vitamina C.
Algunos de los alimentos que contienen estos ingredientes, y por lo tanto contribuyen a conservar la flexibilidad de la piel, son el aceite de germen de trigo, algas, frutos secos, pipas de girasol, huevos, lácteos, cereales integrales, aceite de oliva extra virgen, aguacate, soja, cítricos, verduras, patatas, levadura de cerveza, setas, ostras, arenque, hígado, buey, guisantes, carne de ave, moluscos, cola de caballo, coco, lentejas, crustáceos…
complementos flex, alta reafirmación
Comprimidos de acerola Tienen una alta concentración de vitamina C y en cambio no contienen azúcar, como suele ocurrir cuando se ingiere zumo de fruta.
Alga espirulina Combina tres ingredientes imprescindibles para luchar contra las estrías: la vitamina E, el ácido patogénico o vitamina B5 y el cinc. Además es muy rica en aminoácidos y resulta un excelente estimulante mental y reactivador del ánimo.
Perlas de aceite de germen de trigo Son la mejor fuente natural de vitamina E, combatiendo así el envejecimiento prematuro que provocan los radicales libres, ayudando a mantener el manto hidrolipídico de la piel, y reduciendo el riesgo de estrías. Además, el aceite de germen de trigo contiene silicio, un mineral que estimula la regeneración de las fibras de colágeno.
Cola de caballo Aparte de actuar como un excelente diurético, favorece la elasticidad de la piel, ya que es uno de los vegetales con una mayor proporción de silicio.
Celulitis
Es el enemigo número uno del 95% de las mujeres.
Sin duda éste es uno de los problemas que más preocupa a la mujer; y no es para menos, pues casi ninguna se libra de ella. Así es, la celulitis es un “denominador común” en la mayoría de las mujeres, debido a la estructura natural de su piel y a la distribución de su masa grasa en depósitos verticales. Su formación se debe a la alteración del tejido subcutáneo que hace aumentar el volumen en unas zonas localizadas del cuerpo, producida por un incremento de la actividad del tejido adiposo, retención de líquido intersticial y posterior endurecimiento del tejido conjuntivo. Dicho así parece fácil, pero el proceso de formación de la celulitis responde a todo un engranaje de despropósitos que originan el problema final. Las células del tejido adiposo son las encargadas de recoger todas las sustancias nutritivas que no utiliza nuestro organismo y almacenarlas en forma de grasa como reserva de energía; un proceso que recibe el nombre de lipogénesis. En esta transformación se produce un material no reutilizable y que debe desecharse, una misión que corre a cargo de las células adiposas, utilizando como vía de transporte los vasos sanguíneos, arteriolas, capilares y vasos linfáticos. Cuando este mecanismo falla, se produce un atasco en las vías de transporte; de manera que este material de desecho se acumula en el líquido intersticial del tejido adiposo, aumentando considerablemente su volumen. Asimismo, la dilatación del espacio intercelular hace presión sobre los vasos, cosa que aún dificulta más el drenaje. En consecuencia, las células adiposas no pueden eliminar las grasas y siguen sintetizando cada vez más. Llegados a este punto, se produce un trastorno circulatorio que dificulta el transporte de nutrientes y oxígeno a la zona afectada, modificándose así la composición y estructura del tejido conjuntivo, que se endurece y forma unas redes complejas en las que quedan atrapados los adipositos. Esta estructura es precisamente la que origina el aspecto granulado en el exterior de la piel, comúnmente conocido como celulitis.
La celulitis responde a varios factores: hormonales, genéticos, psicológicos… y como no, alimenticios.
La hormonas inciden directamente en su desarrollo, pero no son las únicas involucradas. También hay que tener en cuenta que la celulitis está íntimamente relacionada con factores genéticos, y aunque la herencia está implicada en las causas que la originan, lo que más fácilmente se hereda es la localización de este trastorno. Asimismo, las personas con carácter apático, inestables, que se angustian fácilmente, que padecen insomnio… están más predispuestas a presentar este tipo de inestetismo. Y finalmente, tampoco hay que olvidar que el sedentarismo y las malas costumbres alimenticias potencian todavía más su formación. En resumen, la celulitis es un problema que afecta a casi todas las mujeres, jóvenes o de mediana edad, delgadas o con exceso de peso. Es más, el problema empeora con los años, apareciendo haciéndose evidente en caderas, vientre, muslos y glúteos. Una buena estrategia para deshacerse de ella es seguir una dieta equilibrada.
Plan anticelulitis
Los alimentos que se incluyen en esta dieta semanal contribuyen a deshacer los adipositos de grasa responsables de la piel de naranja.
LUNES
Desayuno
Zumo de cítricos o vegetales frescos.
Rebanada de pan integral.
Huevo cocido.
Taza de café descafeinado.
Comida
Bistec a la plancha con limón.
Ensalada de tomate, pepino e hinojo con ½ chda. de aceite de oliva o con yogurt desnatado y especias.
Rebanada de pan integral.
Merienda
Vaso de leche desnatada o zumo de fruta.
Cena
120 gr. de requesón bajo en grasa o queso de soja (tofu).
Ensalada de espinacas.
Rebanada de pan integral.
MARTES
Desayuno
Zumo de tomate fresco.
Huevo pasado por agua.
Rebanada de pan integral.
Comida
200 gr. de pescado a la plancha.
Ensalada mixta de apio, pepino y lechuga o verduras cocidas.
Rebanada de pan integral
Merienda
Manzana al horno sin azúcar.
Cena
Legumbres con 1 chda. de aceite de oliva.
Rebanada de pan integral.
Rodaja de piña.
MIÉRCOLES
Desayuno
Vaso de leche desnatada con cereales y 1 chda. miel.
Comida
2 huevos cocidos tomate y especias.
Ensalada de lechuga o espinacas.
Rebanada de pan integral.
Merienda
Manzana o 4 ciruelas .
Cena
Vegetales crudos o cocidos con yogurt natural o limón y aceite de oliva.
200 gr. de pescado hervido o al horno.
Rebanada de pan integral.
2 rodajas de piña.
JUEVES
Desayuno
Zumo de naranja.
Té con limón.
Comida
Pechuga de pollo asada.
Patata cocida con aceite y limón.
Ensalada de hinojo.
Rebanada de pan integral.
Merienda
Vaso de leche desnatada.
Cena
150 gr. de bistec de ternera con hierbas aromáticas.
Calabaza cocida.
Ensalada mixta.
Rebanada de pan integral.
VIERNES
Desayuno
Yogurt desnatado con fruta fresca picada.
Comida
50 gr. de pasta o arroz integral con tomate, pimienta, sal y pepinillos.
Ensalada de espinaca cruda con yogurt.
Merienda
Rodaja de piña
Cena
Sopa de verdura.
70 gr. de queso holandés.
Ensalada mixta.
Rebanada de pan integral
SÁBADO
Desayuno
2 rodajas de piña.
Comida
2 huevos cocidos.
Espárragos u otra verdura al vapor.
Rebanada de pan integral.
Merienda
2 frutas a elegir.
Cena
Muslo de pollo al vapor con salsa de soja o aceite y limón.
Verduras al vapor.
Rebanada de pan integral.
DOMINGO
Desayuno/almuerzo
Huevo cocido.
50 gr. de requesón.
Verduras con aceite, sal y pimienta.
Té desteinado.
2 rodajas de piña o macedonia.
Cena
50 gr. de pasta integral con calabacines al vapor y salsa de soja.
Verduras al vapor.
Rebanada de pan integral