Los científicos han invertido años de estudio en perfeccionar las fórmulas solares dando paso a una nueva generación de productos que ofrece una protección 360º, extremadamente eficaz y con altas expectativas.
Estos productos no sólo se centran en salvaguardar la piel de los efectos del sol, sino que aspiran a dar una respuesta multiefectiva, cumpliendo distintos objetivos: reparar el daño celular, bloquear la acción de las especies reactivas del oxígeno (ROS), fortalecer la barrera cutánea, evitar la pérdida de agua transepidérmica, reducir la inflamación… Este valor añadido es una condición sine qua non.
El sol es mucho más que una fuente de luz y calor, es una fuente de energía que llega a nuestro planeta en forma de radiación electromagnética en una variedad de longitudes de onda, cada una con sus efectos. Si bien la exposición al sol puede tener múltiples beneficios para nuestra salud (estimula la síntesis de vitamina D, favorece la circulación sanguínea e, incluso, influye en el estado de ánimo), también conlleva riesgos que merecen nuestra atención.
Es importante tener en cuenta que nuestra piel cuenta con sistemas de defensa ante la radiación solar, pero no tiene capacidad de filtrar todos los efectos sobre el organismo que tienen la sobreexposición puntual o acumulada. Por lo tanto, es fundamental ser conscientes de los riesgos asociados con la exposición solar y tomar medidas para proteger nuestra piel de manera adecuada, nos explica Mª Carmen Vaquero, Global Product Manager mesoestetic®.
FOTOTIPOS CUTÁNEOS Y SU RESPUESTA AL SOL
Los fototipos se refieren a la clasificación de la piel según su capacidad de respuesta a la radiación solar. Esta diferenciación se basa en varios factores, como el tono de piel, la facilidad para broncearse y quemarse, así como la actividad melanocítica, que es la capacidad de producir melanina, el pigmento que protege la piel de la radiación ultravioleta.
FOTOTIPOS BAJOS Son aquellas pieles claras que tienen una menor capacidad para broncearse y una mayor propensión a quemarse con la exposición solar. Estas personas presentan una menor actividad melanocítica, lo que significa que producen menos melanina y, por lo tanto, tienen una menor protección natural contra los rayos UV. Por lo tanto, necesitan protección contra los efectos dañinos de la radiación solar, incluyendo UVA, UVB, luz visible (HEV), y radiación IR.
FOTOTIPOS ALTOS Se trata de pieles más oscuras que tienden a broncearse fácilmente y rara vez se queman. Estas personas tienen una mayor actividad melanocítica, lo que significa que producen más melanina y, por lo tanto, tienen una mayor protección natural contra los rayos UVB. Sin embargo, también necesitan protección, especialmente frente a los efectos de la radiación UVA, luz visible (HEV) y radiación IR.
LAS HUELLAS DEL SOL EN LA PIEL
La exposición al sol puede causar una variedad de alteraciones en la piel, que van desde el envejecimiento prematuro y las manchas, hasta las quemaduras solares y el riesgo de cáncer cutáneo. A continuación, explicamos algunas de ellas.
ELASTOSIS SOLAR Es una condición en la que la piel pierde su elasticidad natural debido a la exposición crónica al sol. Se caracteriza por la acumulación anormal de fibras elásticas en la dermis, lo que conduce a la formación de arrugas profundas, piel flácida y textura rugosa. Esta condición es un signo clásico de fotoenvejecimiento y es especialmente común en áreas cutáneas expuestas regularmente al sol, como la cara, el cuello y las manos.
MANCHAS SOLARES Las manchas solares o manchas de la edad son áreas de pigmentación irregular en la piel que resultan de una sobreproducción de melanina como respuesta a la exposición solar. Estas manchas pueden variar en color y tamaño y suelen ser más prominentes en áreas de la piel expuestas al sol, como la cara, los brazos y el escote.
QUEMADURAS SOLARES Son una respuesta inflamatoria de la piel a la exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) del sol. Se caracterizan por enrojecimiento, dolor, hinchazón y, en casos graves, ampollas y descamación. Las quemaduras solares aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro y pueden causar daños a largo plazo en la piel, como arrugas y pigmentación irregular.
FOTOENVEJECIMIENTO Es el envejecimiento prematuro de la piel causado por la exposición crónica al sol. Se caracteriza por la formación de arrugas, líneas finas, flacidez, textura áspera y cambios en la pigmentación. Además de los efectos visibles, el fotoenvejecimiento también puede afectar la estructura y la función de la piel a nivel celular, aumentando el riesgo de cáncer de piel y otros problemas de salud cutánea.
MELANOMA Es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células que producen melanina. Aunque la exposición al sol no es la única causa del melanoma, la radiación ultravioleta (UV) es un factor de riesgo importante. La exposición excesiva al sol, especialmente durante la infancia y la adolescencia, aumenta el riesgo de desarrollar melanoma en el futuro.
FOTOPROTECCIÓN, CUIDADO DE PRIMER ORDEN
El objetivo de la fotoprotección es prevenir el daño que se genera en nuestra piel como resultado de la exposición excesiva a la radiación solar. Los fotoprotectores pueden tener diferentes mecanismos de acción, dependiendo de su naturaleza y composición.
FILTROS FÍSICOS Estos fotoprotectores contienen partículas minerales que actúan mediante la reflexión, absorción o dispersión de la luz solar. Estas partículas cubren un amplio espectro de radiación, incluyendo tanto los rayos UVB como los UVA. Son moléculas fotoestables, lo que significa que no se descomponen fácilmente con la exposición al sol, y suelen ser resistentes al calor. Además, tienden a tener una mayor afinidad con la piel, lo que reduce la probabilidad de sensibilidad cutánea.
FILTROS QUÍMICOS Añaden moléculas de origen orgánico que absorben los fotones de la radiación solar, alterando su estructura y transformándola en una forma inocua para la piel. Estas moléculas pueden tener un espectro de absorción óptimo para la radiación UVB, UVA o ambos. Son efectivos para proteger contra la radiación solar, pero pueden ser menos estables que los filtros físicos y pueden causar sensibilidad en algunas personas.
FILTROS BIOLÓGICOS Incluyen moléculas antioxidantes que bloquean los radicales libres generados por la radiación solar y refuerzan el sistema antioxidante natural de la piel. Además de proteger contra los rayos UVB y UVA, estos filtros biológicos también pueden ofrecer protección contra la luz visible (HEV) e infrarroja (IR).
Los diferentes tipos de filtros brindan diferentes formas de protección, y la elección del fotoprotector adecuado depende de factores como el tipo de piel, la sensibilidad cutánea y la actividad solar esperada.
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