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CRONODIETA

Las agujas del reloj marcan qué comer… se ha constatado, determinados alimentos engordan más según la hora del día en que se ingieran. esta singular dieta consiste en estipular una disciplinada agenda de comidas. la clave del éxito está en sincronizar el menú con nuestro reloj biológico interno. si quieres ponerla a prueba, no pierdas ni un minuto!!!

Adelgazar al compás del biorritmo

Según la cronodieta el horario de las comidas está estrechamente relacionado con el peso, independientemente del número de calorías que se ingieran. Por eso, este régimen alimenticio permite comer de todo, pero eso sí, siguiendo unos estrictos parámetros básicos. Así, mientras las verduras pueden consumirse en cualquier momento, los hidratos de carbono, como cereales, patatas, menestras, etc, deben ingerirse durante la primera parte del día, para aportar al cuerpo la energía que necesita; las proteínas, van mejor por la noche, pues favorecen la degradación de las grasas, y a partir de las 19h están terminalmente prohibidas las frutas e hidratos de carbono. Exactamente ¿qué conviene comer según la franja horaria? En el desayudo se recomiendan los lácteos, jamón, huevos, pan, café, infusiones… Durante el almuerzo, se aconseja carne, pescado, féculas (arroz, lentejas, judías, maíz, guisantes…), huevos, verduras… En la merienda, nos podemos conceder un pequeño desliz y consumir grasas vegetales, tales como chocolate, aguacate, olivas negras, nueces, cacahuetes, almendras… Aunque lo mejor es decantarse por el yogurt desnatado y las frutas. Finalmente la cena, es la comida más crítica, donde los abusos no están para nada permitidos. Se deben evitar embutidos, fritos… que dificultan mucho la digestión por la noche, lo que conlleva a no quemar todas las grasas que se han ingerido. Sin embrago, la fruta, el yogurt o el kéfir, es la alternativa más sana e ideal para personas que necesitan eliminar líquidos y desintoxicar el organismo. Otra buena opción para una cena saludable es el arroz integral, ya que es un buen diurético natural que se puede acompañar de una ensalada, creando así un plato muy equilibrado. Si lo que se quiere es perder peso, es muy recomendable decantarse por alimentos ricos en proteínas: huevo, queso fresco, legumbres, pescado… ya que éstos ayudan a quemar grasas. Además, no hay que olvidar la importancia de masticar mucho los alimentos (de veinte a treinta veces) Esto no sólo ayudará a mejorar la digestión, sino que además permitirá saciarse mucho antes. Otros alimentos que son muy recomendables, pues ayudan a combatir el insomnio, son los cereales integrales, en especial la avena.

 

El reloj biológico

mucho que decir…

Nuestro cuerpo se rige por un reloj biológico interno que, no sólo viene marcado por procesos orgánicos intrínsecos, sino que en él también intervienen otros factores extrínsecos como el movimiento lunar, los cambios estacionales… De este modo podría decirse que estamos sometidos a unos ciclos biológicos muy concretos. Y es precisamente este reloj circadiano el que determina los momentos en los que nuestro organismo está en mayor actividad o rendimiento, y en los que está en proceso de descanso, y con una energía más bien baja. Un estudio ha determinado que modificar los ritmos habituales de dormir o comer y, en definitiva, alterar el reloj interno que todos tenemos, podría generar aumento de peso y hasta obesidad. Dicha investigación constata que pueden darse cambios moleculares de conducta cuando el reloj biológico está alterado. Y aunque no se conoce exactamente cómo éste tictac interno controla la acción de comer y el metabolismo, sí que se ha demostrado que hechos como ganar peso y las alteraciones metabólicas aparecen con más frecuencia cuando éste no funciona como debería. La maquinaria principal de este reloj se localiza en una estructura del hipotálamo llamada núcleo supraquiasmático. Se sabe también que los genes que componen sus neuronas siguen un ciclo de 24 h (aunque todavía no se conoce cómo están organizadas) y que cualquier alteración de los ritmos biológicos tiene efectos sobre el organismo. El reloj circadiano regula además los ciclos del apetito. En lo que se refiere a este tema, se ha comprobado que una dieta con alto contenido en grasa altera el funcionamiento normal del reloj biológico y podría llevar al desarrollo de la obesidad. De este modo, dicho estudio demostraría la interrelación existente entre todos los ritmos que se dan en el organismo y, sobre todo, la correspondencia entre el grado de alteración del reloj con las funciones metabólicas del organismo. Si se altera el reloj, se modifica una función metabólica, rompiéndose así la orquesta que mantiene la sinfonía del ritmo global del organismo.

Asimismo, a la hora de estipular un régimen alimenticio es importante tener muy presente nuestro reloj interno, un dato que a menudo pasamos por alto. Y es que nuestra cultura es, dentro de las europeas, la que más descuida el horario alimenticio. Según la medicina tradicional china entre las 19 h de la tarde y las 21 h (hora solar), es la franja horaria en la que el estómago se encuentra en el momento de energía mínima, por lo que es normal que muchas veces se note la necesidad de ingerir cualquier alimento, por lo que solemos sucumbir fácilmente a las tentaciones. Para evitarlo, lo mejor es “engañar” al organismo con un pequeño tentempié. Contrariamente a lo que se cree, comer entre horas no tiene porqué ser un mal vicio. Nada mejor que hacer un minibreak a media mañana o tomar una pieza de fruta a media tarde, pues este hábito ayudará a controlar el apetito a la hora de la cena y así, por la noche no se tiene la necesidad de comer tanto. Lo único es que hay que tener en cuenta que estos pequeños “deslices” no se pueden tomar muy cerca de la hora del almuerzo o de la cena. Es más que sabido que desayunar fuerte y cenar de forma moderada ayuda a nuestra digestión, ya que durante el día todos los órganos están en pleno rendimiento y necesitan de una buena alimentación. Es a partir de las 19 h cuando nuestro organismo se empieza a preparar para el descanso, por lo que  cenar temprano, garantiza una mejor digestión y asimilación de los alimentos, evitando también trastornos del sueño.

En cuanto a los horarios… Las 8’30 h es la mejor hora para desayunar. No es recomendable, para nada, saltarse esta comida, pues constituye una gran fuente de energía para afrontar todo el día. Y para hacer más llevadera la mañana, a las 10’30 h se aconseja hacer un piscolabis. El almuerzo debe ser a las 12’30. Tampoco es recomendable prescindir de él, porque si no al llegar la hora de la cena se producirán los famosos “atracones”. En cuanto a la merienda, se recomienda hacerla sobre las 19 h. Finalmente, la mejor hora para la cena son las 21’30. Hay que evitar llegar a esta comida con sensación de ansiedad. Lo mejor es hacer una cena ligera, de lo contrario, las energías que se obtienen de los alimentos mientras se duerme, ayudarán fácilmente a subir de peso. Además, esto puede provocar un efecto yoyó, ya que, en ocasiones, para compensar una cena copiosa, erróneamente se realiza un desayuno liviano. De esta manera se llega con más hambre a la noche, y la cena será todavía más abundante, por lo que este ciclo vicioso se repetirá de nuevo al día siguiente.

 

menú 5 días

comer en hora

 

Día 1

8’30 h Yogurt descremado con cereales + ½ banana + café o té con leche descremada.

10’30 h Yogurt descremado o 1 fruta.

12’30 h Ensalada de repollo con aceite de oliva + bistec + rebanada de pan de salvado + manzana.

19 h Yogurt descremado o 1 fruta.

21’30 h Cuarto de pollo asado sin piel + ensalada con aceite de oliva +flan o gelatina.

 

Día 2

8’30 h Naranja + 2 tostadas con margarina y mermelada + café o té con leche descremada.

10’30 h Yogurt descremado o 1 fruta.

12’30 h Ensalada de patata + rebanada de pan de salvado + yogurt descremado.

19 h Yogurt descremado o 1 fruta.

21’30 h Sándwich vegetal con queso, lechuga, tomate, cebolla y champiñones + naranja.

 

Día 3

8’30 h Yogurt descremado con cereales integrales + ½ manzana + ½ banana + café o té con leche descremada.

10’30 h Yogurt descremado o 1 fruta.

12’30 h Porción de pizza + ensalada verde + melocotón.

19 h Yogurt descremado o 1 fruta.

21’30 h Ensalada de atún con tomate, cebolla, apio, zanahoria y mayonesa light + 2 rebanadas de pan de centeno + pera.

 

Día 4

8’30 h  Leche descremada con cereales integrales + pomelo + 2 galletitas con mermelada + café o té con leche descremada.

10’30 h Yogurt descremado o 1 fruta.

12’30 h Salmón a la plancha con verduras + 2 rebanadas de pan integral + macedonia con helado.

19 h Yogurt descremado o 1 fruta.

21’30 h Ensalada de hortalizas y queso blanco y jamón + rebanada de pan integral + melocotón.

 

Día 5

8’30 h Panqueque con compota de manzana + tostada con margarina + pomelo + café o té con leche descremada.

10’30 h Yogurt descremado o 1 fruta.

12’30 h Sopa vegetal + tostada de salmón y queso + ½ mazorca de maíz hervida.

19 h Yogurt descremado o 1 fruta.

21’30 h Tortilla de guisantes y queso + pescado asado + rodaja de melón.

 

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