Dicen que una persona vitaminada es aquella que desprende buenas vibraciones, que está cargada de positivismo y transmite energía y vida a todos los que la rodean. Pues bien, en la piel pasa prácticamente lo mismo. Cuando la tez dispone de las vitaminas necesarias para cumplir con sus funciones básicas, su belleza se irradia en el exterior, mostrándose vital, radiante y plena de juventud.
De ahí que las formulaciones enriquecidas con vitaminas se hayan convertido en un fondo de armario para las pieles maduras, debido a su función rejuvenecedora, y para las pieles más jóvenes, en caso de que necesiten aportar un extra de luminosidad. En definitiva, podría decirse que la cosmética vitaminada no entiende de límites de edad, ya que todas, en algún momento de nuestra vida, podemos requerir ese plus energético que ofrecen este tipo de cosméticos tan preciados.
En este artículo nos centramos en una de las vitaminas más conocidas, como es la vit.C, sin olvidar el poder de otras muchas, y sabiendo que el retinol (vit. A), ha despertado ya tanto interés entre las beautylovers, que bien merece un capítulo aparte; de ahí que ya haya protagonizado su propio reportaje en una reciente edición de Nueva Estética, por lo que en esta ocasión, pasamos un poco de puntillas.
Vitamina C para una tez con luz propia
La piel con aspecto cansado y apagado es el mal cutáneo del siglo XXI, convirtiéndose en una verdadera preocupación para quienes lo sufren y objeto de estudio de dermatólogos y laboratorios cosméticos. Poderosa y efectiva como la que más, la vitamina C se erige como la alternativa más recomendada para resetear la piel apagada y aportarle ese plus de luminosidad que tanto necesita, así nos lo explica el Equipo Técnico de Germaine de Capuccini, formado por la Dr. Ana Gonzálvez, Carolina Carbonell y Mariló Plá.
La vitamina C ha conquistado el mundo de la cosmética con su capacidad para transformar la piel. Este potente antioxidante no solo combate los signos del envejecimiento, sino que también promueve una tez luminosa y saludable, convirtiéndose en el ingrediente indispensable.
Las estadísticas demuestran que cada 0,49 segundos se registra una búsqueda en Google con los términos “vitamina C”. De ellos, casi la mitad están relacionadas con la piel.
Como dato de belleza curioso hay que decir que la aplicación tópica de vitamina C en la piel, en la formulación correcta, es de 20 a 30 veces más eficaz que cuando se toma por vía oral, ya que el transporte desde el tracto gastrointestinal es limitado.
Y aunque es cierto que la mayoría de los mamíferos tienen la capacidad de producir su propia vitamina C, los humanos obtienen sus reservas de la dieta, porque han perdido la facultad para sintetizarla en el transcurso de la evolución.
La contaminación, el tabaco, el estrés, la luz azul de las pantallas y, sobre todo, el sol desencadenan a diario radicales libres que dañan las células y oxidan la piel, haciéndola envejecer de forma prematura. Tanto es así que en 45 min. de exposición solar, el poder antioxidante natural de la piel se ve sobrepasado en un 60-70%.
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