Por mucho que lo oigamos todos los años, con el verano no desaparecen los granitos. Los baños de sol resecan la piel y multiplican el riesgo de sufrir acné estival. Por su parte, el sol ejerce un efecto antiinflamatorio, que es transitorio, es decir, alivia el acné, pero de forma temporal, y a menudo provoca un efecto rebote, que conlleva un empeoramiento posterior. Además, hay que tener en cuenta que la principal causa del acné es la hiperproducción de sebo, un factor que no se reduce con la exposición solar. Exponemos a continuación las recomendaciones que deben seguir en verano las pieles con tendencia acneica.
RUTINA COSMÉTICA
La Dra. María Rogel empieza señalando que el verano no es el momento más indicado para experimentar con nuevos cosméticos, más aún teniendo en cuenta que ciertos productos, en contacto con el sol, pueden provocar reacciones que acaben dañando la piel.
Estos meses también se desaconseja iniciar o intensificar la aplicación de fórmulas con retinol o ácidos, si no es bajo la supervisión de un dermatólogo, ya que hacerlo por cuenta propia puede desencadenar irritaciones cutáneas.
Por otro lado, hay que tener presente que la piel tiende a acumular más residuos en verano, por lo que estos meses hay que extremar su higiene, empleando siempre fórmulas adecuadas a sus necesidades, para prevenir irritaciones y rojeces. Esta recomendación incumbe especialmente a los cutis grasos y acneicos, porque con la limpieza nos aseguramos de retirar restos de sudor, cosméticos, crema solar… que podrían obstruir los folículos pilosebáceos y favorecer la aparición de granos.
También es importante tener en cuenta que la exposición solar engrosa la capa córnea, y que con la transpiración y el calor los poros se dilatan y tienden a acumular más cantidad de residuos y sebo. Por este motivo, en verano es recomendable exfoliar una o dos veces por semana, para retirar las células muertas de la superficie cutánea e impulsar la renovación de la epidermis.
PROTECCIÓN SOLAR
El uso de fotoprotector se recomienda todo el año, y muy especialmente en verano, cuando la radicación solar se intensifica y aumenta el riesgo de daño en la piel. En cutis con tendencia acneica hay que aplicar cremas específicas que asocien un doble beneficio: por un lado, proteger de los rayos UVA y UVB y evitar la sequedad cutánea, y por otro, prevenir la aparición de manchas y marcas.
Tal como explica la dermatóloga del Grupo Pedro Jaén La Moraleja, las personas con acné deben usar filtros solares, para evitar quemaduras, fotoenvejecimiento y cáncer de piel, pero deben decantarse por fórmulas no comedogénicas y oil free, que no aporten un extra de grasa, que podría empeorar el cuadro. Además, tanto si hay lesiones activas de acné como marcas residuales, una protección solar adecuada evitará la formación de hiperpigmentaciones en esas zonas.
MAQUILLAJE LIGERO
Cubrir los granos con maquillajes demasiado densos es un error, porque obstruyen los poros y acaban empeorando el problema. Lo más recomendable es usar bases de maquillaje de textura ligera, tipo BB Cream, o polvos, que no obstruyan los poros y eviten la aparición de granitos.
MÁS CONSEJOS ÚTILES
Si se está tomando medicación o siguiendo un tratamiento específico contra el acné, no debe interrumpirse en verano, a no ser que así lo indique el dermatólogo. Estas terapias se diseñan a medida, por lo que el paciente debe consultar cualquier cambio con el especialista.
La doctora también recomienda aprovechar los meses de más calor, para incluir frutas y verduras de temporada en la dieta e hidratarnos de forma adecuada. Y teniendo en cuenta que en vacaciones se suele comer más fuera de casa, es recomendable moderar las comidas ricas en grasas e hidratos de carbono. Los excesos y una peor alimentación pueden contribuir a agravar el acné.
La última recomendación no es exclusiva del verano, sino que debe seguirse todo el año: los granos no deben tocarse nunca. Manipular cualquier lesión cutánea favorecerá el riesgo de hiperpigmentaciones postinflamatorias y de cicatrices permanentes al exponerlas al sol, tal y como explica la Dra. María Rogel,