En los últimos años el tratamientos del acné ha evolucionado mucho, gracias a interesantes descubrimientos sobre los factores implicados en su aparición y a la evidencia de que es necesario tratarlo a través de una terapia multidiscisciplinar, orquestada por el dermatólogo en colaboración con la esteticista y el especialista en medicina estética. Los Dres. David Romero Riu y Esteve Darwich Solive nos desvelan todos los avances para abordar con éxito esta alteración cutánea tan común.
El acné, o mejor dicho: lo que en dermatología se conoce como acné vulgar, es una enfermedad inflamatoria de la piel, que se manifiesta a través de alteraciones muy diversas: comedones, pápulas, pústulas (espinillas) e incluso nódulos y quistes, que pueden dejar cicatrices muy deformantes. Su espectro de afectación también es variable, y puede ir de tener algún que otro poro infectado hasta gran cantidad de lesiones inflamatorias. El grado de afectación y de inflamación es el factor que determina la gravedad. Asimismo se consideran casos de gravedad cuando se manifiesta una tendencia elevada a que aparezcan cicatrices, aunque las lesiones sean pocas.
Dado que el acné tiende a concentrarse en el rostro, se acompaña de una nada desdeñable repercusión psicosocial, así, independientemente de la etapa de la vida en la que se manifieste, puede provocar inseguridad, complejos y en los casos más graves, incluso aislamiento y depresión.
FACTORES Implicados
El acné vulgar tiene un claro componente hereditario: cuántas veces en consulta los pacientes nos comentan que su padre o su madre también padeció esta alteración. Otro factor determinante es el hormonal, por eso es muy habitual que aparezca durante la pubertad, especialmente en varones, y por eso también en la edad adulta es más habitual en mujeres, debido a los altibajos hormonales que marca el ciclo menstrual. Y es que las hormonas provocan un aumento de la secreción sebácea, que ciertas colonias de Propionibanterium acnes se encargan de transformar en un sebo denso e irritante que acaba obturando el poro. A esta producción excesiva de sebo, hay que sumar la descamación anormal de la piel en los orificios de salida de los poros, lo que dificulta la eliminación el foco de infección. Sobre la implicación del Propionibacterium acnes en la aparición de esta patología es preciso hacer una puntualización importante. Esta bacteria se encuentra de manera natural en la piel, y hasta hace poco se no se sabía por qué en algunas personas contribuía a la aparición de acné y en otras no. Una investigación que publicó en 2013 la revista Journal of Investigative Dermatology desveló el misterio al demostrar que si bien es cierto que todas las pieles están colonizadas por esta bacteria, existen diferentes cepas, y sólo algunas desencadenan una reacción inflamatoria que empeora los cuadros de acné. Este estudió demostró otro dato, más interesante aún si cabe: la existencia de unas cepas de Propionibacterium acnes que protegen frente al desarrollo de esta patología, porque impiden la colonización de las cepas pro-acné Este descubrimiento abre nuevas líneas de investigación en el tratamiento del acné, que en un futuro podrían materializarse en terapias que eliminen las cepas “malas”, y favorezcan la colonización de las que ejercen un papel protector. La MUJER y el Acné Como ya hemos señalado, el acné vulgar es habitual en mujeres que se encuentran en edad fértil, independientemente de que se haya padecido o no durante la adolescencia. A pesar de que hablamos de acné hormonal de la mujer adultaen la mayoría de los casos los niveles hormonales en los análisis de sangre son normales. Eso sí, si se asocia a menstruaciones irregulares, exceso de vello, caída de cabello o seborrea es aconsejable realizar un estudio hormonal exhaustivo, para descartar hiperandrogenismos, como el síndrome del ovario poliquístico u otras patologías endocrinológicas menos frecuentes. Este tipo de acné predomina en la zona inferior de rostro y en el cuello, es más acusado en mujeres fumadoras y empeora durante el periodo premenstrual. En la mujer también suele ser habitual el acné cosmético, producido por el uso inadecuado de productos de tratamiento o maquillaje, demasiado graso y oclusivo. En estos casos se crea un círculo vicioso difícil de romper, porque el maquillaje que se usa para disimular el acné, es el motivo que lo causa. Otro tipo de acné vulgar es el acné excoriado que se caracteriza por la aparición de heridas provocadas por la manipulación de las lesiones y que pueden dejar cicatrices visibles. Tras el acné excoriado hay un componente de ansiedad importante, que en ocasiones debe ser valorado por un psiquiatra o psicólogo. DIETA Y CLIMA: PRESUNTOS IMPLICADOS Condicionantes como la alimentación y el clima suelen suscitar bastantes dudas acerca de su influencia en la aparición del acné. Veamos qué ocurre realmente: En verano suele haber una mejora del acné, debido a que el sol y el agua del mar tienen un efecto antiinflamatorio y secante, que hace que la piel mejore, pero luego hay un empeoramiento súbito. Ello ocurre por varias razones, la primera es que en verano los pacientes no siguen el tratamiento de forma regular y suelen abusar de fotoprotectores solares demasiado grasos, y en segundo lugar es que el tejido cutáneo se defiende del sol no sólo poniendo en marcha el proceso de bronceado sino aumentando su grosor. Mientras se mantiene el efecto beneficioso del sol y el mar, lo negativo queda enmascarado, pero al regresar de las vacaciones no tarda en rebrotar la patología. Para evitar que esto ocurra es importante adecuar la pauta de tratamiento al verano, y utilizar fotoprotectores libres de grasas. La dieta La única evidencia acerca de la relación entre la alimentación y el acné es que el abuso de productos procesados, azúcares y lácteos lo empeora, mientras que una dieta rica en pescado, verdura y fruta tiene un efecto protector. Llegados a este punto, la gran pregunta es: ¿qué ocurre con el chocolate? Pues bien: no existe ninguna evidencia de que el cacao empeore el acné, el problema es que la mayoría de chocolates tienen poco de cacao, y mucho de azúcares refinados y derivados lácteos. Terapia MULTIDISCIPLINAR El tratamiento del acné implica la coordinación de un equipo multidisciplinar, coordinado por el dermatólogo clínico, donde también intervienen especialistas en medicina estética, esteticistas y en ocasiones el cirujano plástico. Las terapias que pueden prescribirse son las siguientes:TRATAMIENTOS TÓPICOS La rutina cosmética domiciliaria pasa por seguir una higiene correcta, para eliminar el exceso de sebo, y aplicar exfoliantes y fórmulas comedolíticas y queratolíticas, ricas en retinoides, ácido glicólico, salicílico, que desincrustan los poros taponados, reducen el número de comedones y regeneran la superficie cutánea. También se recomiendan productos que incluyan ingredientes antibacterianos, como el peróxido de benzoilo, y antibióticos que ayudan a reducir la cantidad de bacterias (Propionibacterium acnes). MEDICAMENTOS ORALES La toma de pastillas se prescribe principalmente cuando no se obtiene respuesta a los tratamientos tópicos, proliferan las lesiones inflamatorias o se detecta una tendencia a que aparezcan cicatrices. Existen básicamente tres tipos de medicación en pastillas:
- Antibióticos Asocian un efecto antiinflamatorio y reducen el número de bacterias en la piel. Se prescriben principalmente tetracicilinas, aunque están contraindicadas en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, y en niños menores de 12 años.
- Isotretinoina Es el antiguo Roacután, que actualmente comercializan varios laboratorios farmacéuticos. Es muy eficaz en casos de acné severo, y además tiene un efecto memoria, es decir cuando se deja de tomar, la patología no suele volver con la misma intensidad. Su inconveniente son los efectos secundarios: malformaciones fetales, irritación del hígado, fatiga, subida de triglicéridos, colesterol, sequedad en piel y mucosas… Ello obliga a hacer análisis de sangre periódicos y, en el caso de las mujeres, también test de embarazo.
- Tratamiento hormonal Se reserva para mujeres con acné hormonal que no responden a otros tratamientos, y se basa en la toma de anticonceptivos orales y fármacos antiandrogénicos.
TRATAMIENTOS EN CONSULTA Es en estos casos cuando se pone en marcha la colaboración interdisciplinar entre dermatólogo, especialista en medicina estética y esteticista.
- Higiene dermatológica La realiza la esteticista y consiste en una limpieza profunda, que elimina comedones abiertos (puntos negros) y milliums (puntos blancos). Este tratamiento puede complementarse con un peeling suave.
- Peelings químicos Esta terapia es muy eficaz en el tratamiento del acné, por su efecto secante, exfoliante y antiinflamatorio. Se pueden emplear diferentes ácidos: glicólico, tricloroacético, kógico, salicílico, fenol.. Su acción puede ser superficial, en cuyo caso es la esteticista quien aplica el peeling, o media y profunda, en cuyo caso lo realiza el especialista en medicina estética o el cirujano estético.
- Terapia biofotónica Es el tratamiento más novedosa y revolucionaria en el tratamiento del acné. Consiste en combinar la emisión de luz LED de alta potencia con un gel biofotónico, que se extiende en la zona de tratamiento antes de exponerla a la emisión lumínica. La terapia biofotónica es muy eficaz en casos de acné moderado y severo, y mejora tanto el componente activo (los granos) como las cicatrices. Su efectividad la ha convertido en una alternativa perfecta a la isotretinoina oral en aquellas personas que no quieran o no puedan tomar pastillas. Es un tratamiento seguro, que no requiere de analíticas, ni asocia efectos secundarios relevantes.
- Láser Se emplea para eliminar las cicatrices que deja el acné, por lo que se empieza a aplicar cuando la fase activa se ha controlado. Por su eficacia y seguridad se emplean equipos que emiten la luz láser de forma fraccionada, es decir impactando a través de diminutos orificios de entrada, que dejan intacta la piel de alrededor. En consulta se puede elegir entre dos tipos de láser fraccioando: ablativo y no ablativo. Entre los ablativos se suele emplear el láser de erbio o bien CO2, tecnologías muy eficaces que actúan en pocas sesiones (2-3), pero tienen el inconveniente de dejar la piel bastante irritada y sensibilizada durante casi una semana, por el efecto de ablación: vaporización de las áreas en las que impacta la energía. El otro láser fraccionado empleado es el que actúa sin provocar la ablación del tejido, es menos agresivo, por lo que no interfiere en la vida cotidiana del paciente, pero precisa más sesiones (8-10). La tecnología fracciona no ablativa empleada suele ser la que emite en una longitud de onda de 1540 nm.
Dres. DAVID ROMERO RIU y ESTEVE DARWICH SOLIVE
Especialistas en Dermatología y Medicina Estética
Centro Epidermos BCN