• Empezar definiendo y maquillando bien la ceja, porque será la guía a partir de la cual estructurar el maquillaje en los párpados.
• Extender una prebase para sombras en el párpado móvil. Este gesto ayuda a fijar el color, unificar las tonalidades y potenciar las sombras.
• Elevar ligeramente el párpado superior con el dedo, sujetándolo desde la ceja, hasta palpar el huesecito, que marcará el área de transición. En esta zona se aplica una sombra marrón claro, depositándola con una brocha de pelo suave, sin marcar excesivamente el tono y extendiéndola por toda la cuenca del ojo, partiendo del extremo del párpado.
• Con una sombra marrón más oscura, y un pincel fino, marcar bien la cuenca, para crear una dimensión que en realidad no existe. Definirla bien, desde el extremo hasta el lagrimal.
• El párpado móvil se maquilla con una sombra en crema, extendiéndola hasta la falsa cuenca que se ha dibujado. Sellar con una sombra en polvo. De este modo la superficie del párpado móvil parece más amplia de lo que es en realidad.
• Seguir con las sombras en color marrón, perfectas para otorgar un aspecto natural y real
a la falsa cuenca y al falso párpado móvil. Difuminar el extremo del ojo para que todo quede bien integrado.
• Finalizar con una buena dosis de máscara de pestañas, que aportará volumen. Otra opción son las pestañas postizas o las extensiones.