Si hay un activo que brilla por encima de los otros por su capacidad hidratante y su efecto redensificante ese es, sin duda, el ácido hialurónico. Esta virtud extraordinaria le ha posicionado como uno de los must have en las fórmulas cosméticas de última generación.
Tanto es así que las firmas lo consideran, a día de hoy, como un imprescindible en su cartera de productos, y muchas suelen contar con líneas completas en el que el protagonista indiscutible es este ingrediente con don extraordinario. Y es que el ácido hialurónico contribuye no sólo a la hidratación, sino también a la firmeza, resistencia, volumen y tono de la piel.
En este Especial te ponemos al día de porqué este activo es merecedor de este reconocido puesto en el ranking de principios cosméticos y te presentamos las últimas novedades que puedes encontrar en el mercado, que seguro te van a sorprender.
Presente de forma natural en el organismo, el ácido hialurónico es un activo muy preciado en cosmética. Sintetizado por las células de la piel, actúa como una esponja que capta y retiene el agua para preservar el aspecto joven y terso del rostro. Gracias a sus notables propiedades hidratantes, repulpantes y alisantes, es uno de los mejores ingredientes anti-edad.
Sin embargo, a medida que envejecemos, su presencia en los tejidos disminuye, adelgazando el colchón cutáneo y resecando la piel, que adquiere, poco a poco, un “aspecto marchito”. Por este motivo, el ácido hialurónico se ha convertido en un elemento básico de las rutinas cosméticas, incorporándose a muchos serums, mascarillas y cremas, así como a la mayoría de los productos “repulpantes/plumpy” de arrugas, así nos lo explica Isabelle Contini, Doctora en Farmacia, Responsable de Comunicación THALGO Francia.
LO QUE DEBES SABER DEL ÁCIDO HIALURÓNICO
El nombre “ácido hialurónico” procede de la palabra griega “hyalos”, que significa “vítreo” y describe su aspecto transparente y vítreo, y de la palabra “urónico”, por su alto contenido en ácido urónico.
EL AH está presente de forma natural en diversos tejidos corporales, como los músculos, articulaciones, cartílagos, ligamentos, ojos, cordón umbilical y, en mayores cantidades, en la piel. ¿Y de qué está compuesto exactamente? Se trata de un polisacárido sintetizado naturalmente por nuestro organismo y nuestra piel. Pertenece a la familia de los glicosaminoglicanos, que desempeñan un gran número de funciones esenciales en la hidratación, la firmeza, la elasticidad y la arquitectura de la piel. Este glicosaminoglicano (G.A.G.) está formado por la repetición de dos azúcares: el ácido D-glucurónico y la N-acetilglucosamina. Este dúo de azúcares se repite miles de veces, formando el gran polímero endógeno que es el ácido hialurónico. El número de repeticiones de la unidad de di-sacárido determina el peso molecular de la molécula. Está ampliamente presente en el cuerpo humano, pero más del 50% de la producción endógena total se encuentra en la piel, que se cree que contiene entre 300 y 900 mg de ácido hialurónico/Kg μg/ml en la dermis – 100μg/ml en la epidermis).
SU FUNCIÓN EN LA PIEL
El potencial de juventud del ácido hialurónico es innegable. Entre otras muchas de sus funciones, este activo permite aumentar la protección y elasticidad cutánea, tonificar y realizar un efecto relleno, salvaguardar la piel de los radicales libres y favorecer la cicatrización de los tejidos.
Protección y elasticidad El ácido hialurónico es una molécula hidrófila (afinidad con el agua) capaz de unir numerosas moléculas de agua dentro y alrededor de su estructura molecular, hasta 1000 veces su peso en agua (Granger et al., 1984 y Ogston et al., 1961), formando un gel hidratante y protector. En la epidermis, mantiene los niveles óptimos de hidratación y mejora la flexibilidad y elasticidad de la piel.
Tonificación y efecto relleno En la piel, el ácido hialurónico está presente en grandes cantidades en la dermis, la segunda capa cutánea y, en menor medida, en la epidermis, la capa cutánea superficial. Gracias a sus excepcionales propiedades higroscópicas, actúa como una esponja natural para atraer y almacenar el agua. Capaz de retener hasta mil veces su peso en agua, el ácido hialurónico forma un gel con el agua para rellenar los espacios intercelulares del tejido conjuntivo entre las fibras de colágeno y elastina. Actúa como un “booster tisular”, aumentando la proliferación y el crecimiento de los fibroblastos y estimulando la síntesis de los componentes de la matriz extracelular (colágeno, ácido hialurónico, proteoglicanos, etc.). Esta molécula también tiene la capacidad de unirse a los demás componentes de la dermis: el colágeno y la fibrina, formando una matriz estructural estable que confiere a la piel un aspecto repulpante y terso. El ácido hialurónico contribuye no sólo a la hidratación, sino también a la firmeza, resistencia, volumen y tono de la piel.
Protección antirradicales También desempeña un papel importante en la lucha contra el envejecimiento oxidativo de la piel, al atrapar los radicales libres.
Cicatrización de tejidos Asimismo, el ácido hialurónico regula la cicatrización de las heridas. Por lo tanto, es útil para la reconstrucción celular, ya que contiene los nutrientes necesarios para la regeneración celular.
COSMÉTICA ENRIQUECIDA CON AH
Las formulaciones cosméticas pueden contener AH de distintos pesos moleculares y cada uno de ellos tiene un propósito concreto.
Ácido Hialurónico de alto peso molecular Esta molécula de gran tamaño puede pesar hasta 2.500 Kda, HPM. Actúa en la superficie de la epidermis para hidratar las capas cutáneas superficiales y suavizar el microrelievede la piel. El ácido hialurónico forma un gel filmógeno en la superficie que regula la pérdida insensible de agua, combate la deshidratación y rellena las líneas de expresión y las estrías superficiales.
Ácido Hialurónico de medio y bajo peso molecular El ácido hialurónico de peso molecular medio MPM tiene un intenso efecto voluminizador e hidratante, rellena las primeras arrugas y densifica la piel. Proporciona una hidratación prolongada, al tiempo que borra ciertas imperfecciones y desniveles de la epidermis. Por último, también es ideal para rellenar las mejillas, dándoles un aspecto más turgente y armonizando el contorno del rostro. Por su parte, el ácido hialurónico con un BPM de bajo peso molecular (entre 20 y 50 Kda) puede traspasar más fácilmente en el estrato córneo y la epidermis, lo que le permite penetrar más profundamente en la piel, hasta la dermis. Hidrata las capas más profundas, rellena las arrugas y reconstituye la matriz dérmica o manto de sostén cutáneo. Favorece la regeneración de la piel y la recuperación de su volumen, firmeza y flexibilidad, con un efecto antiedad demostrado.
Lee el Especial completo en la edición de junio-julio de NUEVA ESTÉTICA.
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